Para 4 personas

1. Precalienta el horno a 180°C (350°F).

2. Lava los calabacines y córtalos por la mitad a lo largo. Con una cuchara, retira cuidadosamente la pulpa de los calabacines, dejando un borde delgado para que las mitades mantengan su forma. Pica la pulpa de los calabacines y reserva.

3. En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla picada y el ajo, y saltea hasta que estén tiernos y fragantes.

4. Agrega los hongos picados y la pulpa de calabacín reservada a la sartén. Cocina por unos minutos hasta que los hongos se hayan ablandado y liberado su jugo. Condimenta con sal, pimienta y tomillo seco. Si los hongos liberan demasiado líquido, puedes cocinar un poco más para que se evapore.

5. Añade el caldo de verduras o agua a la sartén y cocina por unos minutos adicionales. Esto ayudará a que los sabores se mezclen y se reduzcan los líquidos.

6. Rellena las mitades de calabacín con la mezcla de hongos y colócalas en una bandeja para hornear ligeramente engrasada.

7. En un tazón aparte, mezcla el queso rallado y el pan rallado. Espolvorea esta mezcla sobre los calabacines rellenos.

8. Corta la mantequilla en pequeños trozos y distribúyela sobre los calabacines gratinados.

9. Cubre la bandeja para hornear con papel de aluminio y hornea en el horno precalentado durante unos 20 minutos.

10. Retira el papel de aluminio y continúa horneando durante otros 10-15 minutos, o hasta que la parte superior esté dorada y burbujeante.

11. Una vez que los calabacines estén gratinados, retíralos del horno y deja reposar durante unos minutos antes de servir.